
No sólo granjas, las fincas actuales ofrecen instalaciones bien organizadas no sólo para actividades relacionadas con el medio rural, sino también para la restauración, proponiendo lugares funcionales y cuidados donde la naturaleza y la sobriedad de ambientes familiares y acogedores pueden ser elementos decisivos en la elección del restaurante para el banquete de bodas.
Además, la elección de celebrar la boda en una masía (no sólo bodas, sino también comuniones y bautizos) responde a una tendencia que se ha ido imponiendo poco a poco en los últimos años y que ha transformado las masías en lugares populares para recepciones ecológicas e informales.
Las ventajas de un banquete de boda en fincas
Los restaurantes de fincas suelen reconvertirse a partir de antiguos edificios agrícolas, como establos o almacenes, y ofrecen salas muy grandes y espaciosas, excelentes para acoger a grupos y mesas numerosos. Sus grandes espacios al aire libre eliminan el problema del aparcamiento para los invitados y permiten una gran variedad de opciones durante el transcurso de un largo almuerzo de recepción. Campo y césped donde familiares y amigos pueden relajarse entre comidas y donde los niños, en entornos controlados, pueden encontrar recreo y diversión al aire libre.
Para las parejas amantes de la naturaleza, si las fincas para bodas en Madrid elegidas ofrece un entorno natural especialmente bello y variado, también se puede realizar una sesión de fotos in situ, reduciendo el tiempo de espera de los invitados antes de que lleguen los novios y comience la comida.
Los salones de las casas rurales casi siempre cuentan con un mobiliario en el que destacan la naturaleza y los elementos ligados al entorno rural, cuando no son realmente detalles vinculados a las labores agrícolas, y pueden ser más o menos rústicos y sencillos, pero esto no resta encanto a la recepción, sobre todo si se prepara con el mobiliario adecuado. Manteles y tapicerías en sintonía con el ambiente del restaurante, adornos florales, centros de mesa, tarjetas de sitio y otros detalles pueden añadir modernidad y elegancia a la presentación general, para dar un toque extra de estilo.
Por último, un almuerzo de boda en una granja suele incluir cocina genuina y tradicional, pero con propuestas de platos especiales y refinados que realzan los sabores y aromas del campo, algo que siempre se agradece en la mesa y es apto para todos los gustos.
La estación ideal para celebrar un banquete de boda en un agroturismo es sin duda la primavera, cuando la naturaleza se muestra más exuberante, pero el verano también es bueno, sobre todo en entornos de colinas y refrescados por la agradable sombra de los árboles.