Lo que debes saber sobre las mascarillas desechables

La contaminación causada por el enorme aumento de las ventas de máscaras. La promoción del uso de máscaras como una forma de frenar la propagación de COVID-19 ha dado lugar a un extraordinario aumento de la producción de mascarillas desechables.

Los recientes informes de los medios de comunicación, en los que se muestran vídeos y fotos de buzos recogiendo mascarillas y guantes, que ensucian las aguas de la Riviera Francesa, han sido una llamada de atención para muchos, que han vuelto a centrar las mentes en el problema de la contaminación por plásticos, y un recordatorio de que los políticos, los dirigentes y los particulares deben abordar el problema de la contaminación por plásticos.

Un problema tóxico

Si los datos históricos son un indicador fiable, cabe esperar que alrededor del 75% de las máscaras utilizadas, así como otros desechos relacionados con la pandemia, acaben en vertederos o flotando en los mares. Aparte del daño ambiental, el costo financiero, en áreas como el turismo y la pesca, es estimado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en alrededor de 40 mil millones de dólares.

El Programa ha advertido que, si el gran aumento de los desechos médicos, gran parte de los cuales están hechos de plásticos de un solo uso que son perjudiciales para el medio ambiente, no se gestiona de forma adecuada, podría producirse un vertido incontrolado.

Las posibles consecuencias que ha elaborado una serie de hojas informativas sobre el tema, incluyen los riesgos para la salud pública de las máscaras usadas infectadas, y la quema a cielo abierto o la incineración incontrolada de las máscaras, lo que conduce a la liberación de toxinas en el medio ambiente, y a la transmisión secundaria de enfermedades a los seres humanos.

Debido al temor a estos posibles efectos secundarios en la salud y el medio ambiente, el PNUMA insta a los gobiernos a que traten la gestión de los desechos, incluidos los desechos médicos y peligrosos, como un servicio público esencial. El organismo sostiene que el manejo seguro, y la eliminación final de estos desechos es un elemento vital en una respuesta de emergencia efectiva.

Las soluciones existentes podrían reducir los plásticos en un 80 por ciento

Sin embargo, esta situación puede cambiar para mejor, como lo demuestra un informe reciente y de amplio alcance sobre los desechos de plástico. El estudio pronostica que, si no se toman medidas, la cantidad de plásticos vertidos en el océano se triplicará para el año 2040, pasando de 11 a 29 millones de toneladas por año.

Pero alrededor del 80% de la contaminación por plásticos podría eliminarse en ese mismo período, simplemente sustituyendo una reglamentación inadecuada, cambiando los modelos comerciales e introduciendo incentivos que conduzcan a la reducción de la producción de plásticos. Otras medidas recomendadas son el diseño de productos y envases que puedan reciclarse más fácilmente y la ampliación de la recogida de desechos, en particular en los países de ingresos más bajos.

La cooperación mundial es esencial

En su análisis de julio sobre los plásticos, la sostenibilidad y el desarrollo llegó a la conclusión de que las políticas comerciales mundiales también tienen un importante papel que desempeñar en la reducción de la contaminación.

Muchos países han introducido regulaciones que mencionan los plásticos en la última década, un indicador de la creciente preocupación en torno a este tema, pero, según el análisis para que las políticas comerciales sean realmente efectivas, coordinadas, se necesitan reglas globales.

La forma en que los países han estado utilizando la política comercial para luchar contra la contaminación de los plásticos ha sido en su mayor parte descoordinada, lo que limita la eficacia de sus esfuerzos. Hay límites a lo que cualquier país puede lograr por sí solo.

Promover alternativas respetuosas con el planeta y el empleo

Si bien la aplicación de estas medidas haría una enorme mella en la contaminación de los plásticos de aquí a 2040, reconoce que, incluso en el mejor de los casos, cinco millones de toneladas métricas de plásticos seguirían filtrándose al océano cada año.

Los autores del estudio del informe concluyen que sería necesario un aumento drástico de la innovación y la inversión, que conduzca a avances tecnológicos, para abordar el problema de manera integral.

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