¿Estás en casa con un recién nacido y te preguntas cómo pasar esos preciosos momentos juntos? Nuestros expertos en primera infancia ofrecen actividades para hacer con tu bebé.
En estos primeros días y semanas con un recién nacido, la alimentación, el balanceo, la navegación por el sueño y el cambio de pañales ocupan gran parte del día. Acepta este ritmo de vida por ahora. Puede que te lleve un tiempo encontrar un ritmo, pero con el tiempo notarás un patrón en las necesidades de tu bebé y te asentarás en una pequeña rutina basada en el horario de tu recién nacido.
Tú y tu familia estáis conociendo a tu bebé y tu bebé está aprendiendo a conocerte a ti. Tu bebé está aprendiendo cómo eres, cómo hueles, cómo te sientes… que eres digno de confianza y fiable… que le cuidan y le quieren… que hay cierta previsibilidad en la vida… y que otros, además de ti, también pueden ser dignos de confianza.
Actividades hacer en casa con su hijo recién nacido
Recuerda que cada niño es diferente. Si tienes un bebé que duerme poco, tus días serán muy diferentes a los de los padres cuyo hijo duerme mucho. Si es tu primer hijo, tu día será diferente al de aquellos que se enfrentan a los horarios de varios hermanos mayores.
Por eso, cuando tengas algunos bloques de tiempo en los que tu bebé esté alimentado, con pañales y contento, te preguntarás qué puedes hacer con un recién nacido despierto. Aquí tienes algunas ideas:
- Sigue el ejemplo de tu bebé. Este es un buen punto de partida. Observa lo que le interesa y síguelo. Si tu bebé se gira y mira cuando oye un sonajero, por ejemplo, repite el sonido.
- Imita la comunicación de tu bebé. Los bebés aprenden el lenguaje a través de la reciprocidad de la comunicación. Si tu bebé arrulla, tú le devuelves el arrullo. Si tu bebé agita los brazos, tú le devuelves el saludo.
- Comprometete con tu bebé. Los rostros son de gran interés para los bebés. A tu bebé le gusta mirarte a los ojos. El contacto visual es una forma clave de conectar con tu bebé. Cuando estén cara a cara, ojo a ojo, háblale. «¿Sientes el viento? El sol está muy brillante». Aunque tu bebé no entienda inicialmente las palabras, tu tono es importante. Y escuchar tus palabras acabará por ayudar a tu bebé a establecer una conexión entre lo que dices y el significado.
- Ponte a la altura de tu bebé. Extiende una colcha y ponte en el suelo con tu bebé. Presenta juguetes o espejos para que se mire.
- Desarrolla la fuerza del cuello de tu bebé. A medida que tu bebé vaya adquiriendo el control del cuello, dale pequeñas rachas de tiempo boca abajo para ayudarle a fortalecer los músculos del tronco, el cuello y los brazos. A algunos bebés no les gusta estar mucho tiempo boca abajo. Empieza por un minuto más o menos y ve aumentando el tiempo. Supervisa siempre de cerca y, si tu hijo parece tener sueño, llévalo a su cuna boca arriba.
- Lee a tu recién nacido. Sostén a tu bebé en tu regazo y mirad juntos un libro de cartón. Señale los dibujos del libro y nómbrelos.
- Cautive los sentidos de su bebé. Proporcione cosas interesantes para que su hijo las vea, las toque y las huela. Por ejemplo, ponle diferentes superficies para que esté boca abajo -a veces un edredón, a veces la alfombra- y deja que experimente las diferentes texturas. Nómbrelas («este edredón es más suave que la alfombra…»). Habla de lo que tienes.
- Incorpora a tu bebé a tu rutina. Lleva a tu hijo por toda la casa y hazle partícipe de tu rutina diaria; enséñale cosas y nómbralas. («Aquí es donde duerme nuestro perro. Y aquí es donde guardamos los platos. Veo tazas, platos y cuencos…»). Si no lo has hecho nunca, puede que te sientas cohibido al principio, pero es una forma estupenda de que tu hijo aprenda tu voz y siente las bases del desarrollo del habla.
- Sepa cuándo debe coger a su hijo en brazos. Cada niño tiene su propio umbral de tiempo de «sujeción». Algunos prefieren más, mientras que otros desean menos. Comprende las preferencias de tu hijo y responde a sus señales.
- Cántale a tu bebé. Tanto si crees que tienes una voz bonita como si no, tu hijo disfrutará escuchando tu voz cuando le cantes canciones sencillas o le recites rimas que recuerdes de tu infancia.
- Involucra a tus hermanos. Incluye a tu bebé en tus rutinas con los hermanos mayores. Esto supone una experiencia maravillosa para todos. De hecho, suelen ser los hermanos los que obtienen las mejores reacciones de los bebés.
Recuerda: no necesitas un tiempo especial o programado para jugar con tu bebé. De hecho, el mejor momento para cantar, hablar e interactuar es cuando estás realizando las rutinas de cuidado más esenciales, como cogerlo en brazos, alimentarlo, bañarlo o cambiarle los pañales.